domingo, 23 de agosto de 2009
CASA TOMADA. (JULIO CORTÁZAR).
Es una pequeña historia que cuenta la vida de dos hermanos que vivían en la casa de sus bisabuelos, sus padres y toda su infancia. El personaje que cuenta la historia nos habla principalmente de la casa y su hermana Irene. Contaba que la casa era antigua y grandísima, tenía espacio para mas o menos ocho personas y que además todas pudieran vivir sin estorbarse una de la otra, ellos dos solo vivían allí.
La cuidaban como su tesoro más sagrado, mientras uno cocinaba la otra terminaba de arreglar algunas partes de la casa. Según el, cuenta que para los dos parecía que la casa se encargara de que ellos estuvieran solos para no abandonarla, Irene rechazo dos pretendientes sin razón alguna y a el se le murió una novia antes de comprometerse. Ya los dos tenían 40 años, habían crecido juntos en esa casa, pues ya necesitaban rehacer sus vidas, sin embargo, no les molestaba vivir juntos en aquella casa donde estaban todos sus recuerdos.
Ellos tenían que vivir en una parte de la casa, precisamente porque esta es muy espaciosa, solo necesitaban la casina, el baño y las habitaciones. Solo pasaban a la otra parte de la casa para arreglarla. Una noche el se dirigió hacia el pasillo, donde llegaba hasta la puerta de roble que dividía la casa y escucho un ruido como si estrujaran la silla y también voces bajas, entonces el cerro la puerta muy despacio para que los que estaban al otro lado no lo notaran.
Inmediatamente el se dirigió a contarle a Irene que se habían tomado la otra parte de la casa y ella se asusto mucho, pues se dieron cuenta que solo tenían una parte de la casa y solo pensaban en que se les había quedado muchas cosas preciadas en el otro lado, estaban algo desanimados y tristes pero siguieron normalmente los primeros días.
Una de las ventajas era que ya no tenían que ordenar toda la casa sino solo su parte. En ese parte de la casa solo se escuchaban sus voces, su respirar, toser y todos esos pequeños sonidos que hacían de la casa un entorno mas profundo de infinita soledad.
Otra noche el quiso ir a la cocina a tomar agua, pues tenia mucha sed y su hermana Irene estaba tejiendo como siempre, era lo que mas le gustaba hacer, ( a el le encantaba verla tejer), entonces hubo un momento en el que los dos sintieron un ruido mas fuerte que el de ese día, ya los ruidos no se escuchaban solo al otro lado de la casa después de la puerta de roble, sino el la parte de la casa donde ellos vivían, la cocina, el baño o el pasillo.
El le agarro la mano y empezaron a salir poco a poco de la casa, pues obviamente también habían tomado esa parte de la casa, los dos con mucha tristeza y especialmente Irene que estaba llorando, fueron saliendo de la casa y el le puso seguro a la reja donde empezaba toda la casa para que un ladrón no se metiera a robar a una casa que ya estaba tomada.
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