Cuando yo tenía nueve años vivía en bello con mi madre, en una casa donde ocurrían cosas muy extrañas pero principalmente el suceso del niño el cual nunca vi porque estaba muy pequeña, la única que pudo verlo fue mi mama, ella me decía que tenía alrededor de 6 años, vestía un uniforme de marinero, sus ojos eran azules, su pelo mono y reflejaba mucha ternura.
El niño se aparecía en cualquier momento, mientras que mi mama realizaba alguna actividad, también cuando salíamos de la casa inmediatamente ocurrían cosas sobrenaturales, como que se encendía el equipo, se desordenaba la casa y los juguetes aparecían regados. Pero lo que no dejaba de faltar era que el pequeño siempre jugaba con una pelota azul en cualquier parte de la casa, en la sala, en los cuartos o el patio.
Inesperadamente un día apareció un rostro totalmente diabólico en la esquina de una de las paredes, su rostro sonreía y era horripilante. Ese mismo día mi mama llamo a una amiga y le pidió que por favor la ayudara a lavar esa parte de la pared y lo hicieron, lavaron y lavaron toda la tarden pero la imagen no quería desaparecer. Siendo así la situación nos daba más miedo, porque le echaron todos los desinfectantes habidos y por haber y nunca desapareció.
A partir de ese día ya no solo nos preocupaba la presencia del niño sino cosas más extrañas de lo común que venía sucediendo y se sentían presencias fastidiosas e insoportables, se sentía un ambiente muy tenso.
Por ese mismo hecho mi mama decidió que nos pasaremos de casa, porque no resistía mas todo lo que estaba pasando y además se preocupaba por nuestro bienestar y fue mejor así, después de eso, todo transcurrió como una vida normal.
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